29 nov Bolsas en los ojos
La aparición de las llamadas Bolsas en el párpado inferior se debe a una elastosis (perdida de firmeza) del ligamento infraorbitario (septum orbitario) que sostiene espacios grasos infraorbitarios, provocando la protrusión del mismo.
La retención de líquido, el exceso de piel y factores externos como los malos hábitos influyen en la manifestación que esta afección puede evidenciar.
A medida que pasan los años la piel pierde elasticidad y colágeno resultando de ello un exceso de piel que, al ser la piel más fina en dicha zona, se pliega y se visualiza con mayor intensidad. La retención de líquido puede producirse por cansancio, ingesta excesiva de alimentos con alto contenido de sodio o una dieta pobre en frutas, verduras y agua; además influye la microcirculación deficitaria que uno pueda tener, sumado a que los linfáticos (cadena de desagüe del cuerpo) tiene un músculo liso que se vuelve perezoso, dificultando la eliminación de líquido de los párpados. Generalmente se produce el edema mientras dormimos por la posición horizontal en la cual nos encontramos.
Lo cierto es que la genética es sumamente importante en la formación de las bolsas como así también los hábitos, como el consumo de alcohol, tabaco o trastornos del sueño.
Por consiguiente, el factor edad y el sexo es indistinto, presentándose en hombres como en mujeres, con una mayor proporción luego de los 40 años.
Las bolsas también pueden presentarse en el párpado superior, siendo lisas o abultadas otorgando el aspecto de un rostro cansado, de una mirada cansada.
Revertirlo es posible, dentro de los tratamientos encontramos los quirúrgicos en los cuales la blefaroplastia es la estrella, sobre todo en aquellos casos hereditarios. Pero si no queremos recurrir a una intervención quirúrgica, la innovación en dermatología estética ha posibilitado esta opción con los llamados tratamientos mínimamente invasivos.
El tratamiento por excelencia para revertir las bolsas de los párpados es la colocación de lipolíticos bajo la técnica de la mesoterapia y así disminuir la grasa acumulada.
El ácido hialurónico, por su parte ayuda a devolverle la elasticidad, turgencia y colágeno a la piel. Tienen una duración de un año aproximadamente y no requiere frenar con las actividades diarias, pues los recaudos son mínimos, utilizándose en ambos casos anestesia tópica.
El láser de Q-swich (Electra) también se utiliza, pues mejora la tensión de la piel.
El resultado óptimo se logrará de la combinación de tratamientos dependiendo de las necesidades del paciente, que en su mayoría va de la mano con la incorporación de dos litros de agua por día; como así también drenajes faciales y la utilización de productos tópicos (cremas, emulsiones y geles).
Generalmente el tratamiento es comprensivo de bolsas, y ojeras, que suelen ir de la mano a la hora de evidenciar una apariencia de cansancio y por consiguiente un rostro envejecido, mejorando de manera magnificente.