19 may ¿Cómo afecta nuestra genética en la piel?
Nuestra genética influye en cómo y cuándo envejecemos. Es así que determina la respuesta que la dermis da frente a los agentes externos que causan deterioro, ya sea la polución, los cambios climáticos, los malos hábitos (como el sedentarismo, el tabaquismo) hasta incluso el mero paso de los años.
Como consecuencia casi directa de estos agentes, se produce los daños a la superficie cutánea, volviéndola propensa a patologías dérmicas o bien a la aceleración en la aparición de los signos de la edad.
Pero la genética, si bien cumple un rol fundamental, no es la única responsable de tener una piel tersa, suave y joven; se ha demostrado que las rutinas de cuidado son tan importantes como aquella.
La cuestión se titularía: La predeterminación de nuestro ADN y los genes versus la protección y el cuidado diario.
Podemos aseverar que las personas con tez mas claras son propensas a manifestar signos de envejecimiento a una edad mas temprana que el resto, así como las personas asiáticas sufren con mayor visibilidad los problemas de hiperpigmentación. La sensibilidad y la oxidación de la piel, no quedan fuera de la influencia genética, demostrando quienes tienen una mayor tolerancia a las agresiones externas.
Pero el deterioro de la piel que produce la contaminación, agentes externos y los malos hábitos puede ser revertido con costumbres sanas y fáciles sin importar la genética.
El beber al menos dos litros de agua por día, utilizar protección solar y renovarla aún en los días grises, llevar una alimentación equilibrada y realizar rutinas de limpieza, tonificación e hidratación, tanto diurnas como nocturnas, son las claves para mantener alejados las consecuencias negativas de la genética y del paso de los años.
No dudes en consultarnos, así podremos ayudarte a cuidar y mantener tu piel como se lo merece.