30 mar Lupus: una enfermedad autoinmune
Lupus es una enfermedad autoinmune, esto significa que el propio sistema inmunitario ataca las células y los tejidos por error. Es también una enfermedad reumática sistémica y crónica, es decir, puede afectar a cualquier órgano y/o sistema: a las articulaciones y a los músculos, puede dañar la piel, riñón, pulmón y casi todos los órganos.
Una de las características de esta patología es que es una enfermedad muy heterogénea. Es difícil encontrar dos pacientes con los mismos síntomas y con los mismos patrones de la enfermedad. Eso complica muchas veces el diagnóstico.
La evolución de la enfermedad se desarrolla en fases de brote y otras en los que los efectos de la enfermedad remiten. Asimismo, hay lupus muy severos y otros no tan graves como los que se manifiestan y están limitados a afecciones en la piel.
En líneas generales, cuando una persona está diagnosticada con lupus, las células del sistema inmune agreden a las propias del organismo provocando que se ocasionen inflamaciones y se dañen los tejidos. El lupus actúa produciendo anticuerpos que sobre estimulan los linfocitos B (las células que producen los anticuerpos).
Hay varios tipos de lupus:
- Lupus eritematoso sistémico: Es el más común. Puede ser leve o grave, y puede afectar a muchas partes del cuerpo
- Lupus discoide: Provoca una erupción en la piel que no desaparece
- Lupus cutáneo subagudo: Provoca ampollas después de estar al sol
- Lupus inducido por medicamentos: Es causado por ciertas medicinas. Por lo general, desaparece cuando se deja de tomar el medicamento
- Lupus neonatal: No es común y afecta a los recién nacidos. Es probable que sea causado por ciertos anticuerpos de la madre
El lupus puede ser difícil de diagnosticar. En muchas ocasiones se lo confunde con otras enfermedades. Por esta razón, al lupus se lo ha llamado “el gran imitador”. Las señales de lupus varían de una persona a otra. Algunas señales comunes del lupus son:
- Erupciones de color rojizo o cambio de color en la cara, a menudo en forma de mariposa sobre la nariz y las mejillas.
- Dolor o inflamación en las articulaciones.
- Fiebre inexplicable.
- Dolor de pecho al respirar profundamente.
- Inflamación de glándulas.
- Fatiga extrema.
- Perdida inusual del cabello.
- Los dedos de las manos o de los pies se vuelven pálidos o morados debido al frio o el estrés.
- Sensibilidad al sol.
- Conteo bajo de las células de la sangre.
- Depresión, dificultad para pensar o problemas con la memoria.
Otras señales son ulceras o aftas en la boca, convulsiones inexplicables, alucinaciones, abortos involuntarios repetidos y problemas inexplicables en los riñones.
No sabemos qué causa el lupus y, aunque no tiene cura, en la mayoría de los casos el lupus puede ser controlado. El lupus, en ocasiones, se repite en familias, lo que indica que la enfermedad podría ser hereditaria.
Cualquier persona puede sufrir de lupus, pero sabemos que muchas más mujeres que hombres lo padecen. Las mujeres de raza negra tienen tres veces más probabilidad de tener lupus en comparación con mujeres de raza blanca. El lupus es también más común entre las mujeres hispanas, asiáticas e indígenas americanas.
El lupus es más común en mujeres entre las edades de 15 a 44 años. En general estos son los años en que las mujeres tienen mayor influencia de hormonas femeninas. Es por esto que los médicos creen que las hormonas podrían tener algo que ver con el desarrollo de lupus. No obstante, es importante recordar que los hombres y las personas mayores también pueden desarrollar lupus.
El tratamiento de la enfermedad no está supeditado a una sola terapia. Es muy distinto según el órgano al que afecte. Los corticoides se consideran el tratamiento básico puesto que todos los afectados en un momento u otro los precisan.
En manifestaciones menores como la artritis, la pleuropericarditis o las manifestaciones cutáneas se suelen utilizar antiinflamatorios no esteroideos (AINE) junto con corticoides.
Si los órganos dañados son el pulmón, el corazón, el sistema nervioso central o el riñón el tratamiento debe de ser mucho más agresivo y se basa en corticoides en dosis muy altas y complementos con tratamientos inmunosupresores.
Si la enfermedad presenta síntomas como fiebre, cansancio o afecciones cutáneas, el tratamiento será menos agresivo y con corticoide tópico y/o antipalúdico.
Dependiendo de las características individuales, a los pacientes lúpicos se les suelen recomendar extremar la protección frente a la exposición solar, especialmente en aquellos que tienen problemas cutáneos, tomar precauciones frente a infecciones, estar al día de vacunaciones específicas, así como unos cuidados especiales durante el embarazo.
Las causas del lupus se desconocen, aunque se sabe que los genes tienen un papel importante en el desarrollo de la enfermedad. Los científicos e investigadores siguen trabajando para encontrar las causas del lupus, y cuáles son los mejores tratamientos.
Fuentes:
- Instituto Nacional de Artritis, Enfermedades Musculoesqueléticas y de la Piel.