22 nov Melasma
La palabra melasma deriva del griego melas, oscuro.
Es una hiperpigmentación facial, agravada por la exposición solar. Puede iniciarse durante el embarazo, por el uso de anticonceptivos orales, terapia hormonal con estrógenos y progesterona, y durante varias enfermedades endócrinas.
Las lesiones consisten en máculas de tamaño variable, asintomáticas, de color café pardo o pardo oscuro, con grados variables de pigmentación, bordes irregulares y a veces bien definidos, sobre la región infraorbitaria, pómulos, mejillas, frente dorso de la nariz, labio superior y mentón. Pueden igualmente comprometer la región temporal.
La luz de Wood es un haz de luz emitido por una lámpara de mercurio, cuya longitud de onda está en el rango de 320 y 400 nm. Ésta penetra hasta la dermis, siendo de utilidad para el diagnóstico de ciertas enfermedades pigmentarias, metabólicas e infecciones fúngicas.
Tres tipos de melasma existen, en relación con el examen de luz visible y luz de Wood.
– El tipo epidérmico, con hiperpigmentación habitualmente de color pardo claro, y con aumento del contraste de color con la luz de Wood, comparado con la luz visible.
– El tipo dérmico, con pigmentación de color gris ceniciento, sin aumento de contraste en la luz de Wood.
– El tipo mixto, a menudo de color pardo oscuro, y contraste de hiperpigmentación irregularmente aumentado por la luz de Wood.
Tratamientos despigmentantes
Cualquiera sea el tratamiento elegido, el uso de protectores solares de espectro amplio durante y después de la terapia, es necesario para aclarar el melasma, y también como prevención.
La hiperpigmentación es invariablemente recurrente en pacientes sin protección solar; al contrario, la recurrencia del melasma no existe, o es mínima cuando se utilizan protectores solares apropiadamente.
Hidroquinona: Se describe comúnmente como una inhibición de la tirosinasa. Son efectivos, pero pueden inducir despigmentación generalizada. Habitualmente las cremas despigmentantes con hidroquinona llevan entre 2% y 5% de hidroquinona. El producto se utiliza por las noches, y el tratamiento debe continuarse entre 8 y 12 semanas antes de conseguir un resultado apreciable.
Ácido retinoico: Si bien se ha comprobado su eficacia, puede provocar algunos efectos secundarios entre los que destacan la irritación y el aumento de la sensibilidad solar (que ya constituye un problema en las personas con hiperpigmentación postinflamatoria). Dado que se ha observado cierto vínculo potencial con anomalías congénitas, las mujeres gestantes o lactantes deben abstenerse de tratarse con ácido retinoico.
Arbutina: Esta fuente natural de hidroquinona es un componente fundamental en numerosos productos despigmentantes de la piel asiática. Se extrae de la Uva Ursi pero a pesar del origen natural, posee los mismo efectos secundarios de la hidroquinona industrial.
Ácido Glicólico (o ácido hidroxiacético): se utiliza por dermatólogos para exfoliaciones químicas y es un componente activo corriente en muchas cremas tópicas para la hiperpigmentación.
Ácido Kójico: es un producto derivado del vino de arroz japonés, sake. Aunque el ácido kójico es un componente natural más seguro, su capacidad para inhibir la producción de melanina es discutible y el compuesto está prohibido en numerosos países.
Se ha demostrado que los derivados de la Vitamina C son relativamente eficaces frente a la hiperpigmentación y se utilizan frecuentemente junto a otros componentes activos.
Frente a cualquier indicio de melasma es imperativo consultar con un médico dermatólogo especialista para iniciar un tratamiento acorde a cada paciente.