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Los nevos melanocíticos, comúnmente conocidos como lunares, son lesiones cutáneas benignas muy frecuentes que se encuentran prácticamente en la totalidad de la población. Son proliferaciones benignas derivadas de los melanocitos, las células responsables de la pigmentación normal de la piel. Pueden ser lesiones planas o bien sobreelevadas, y pueden tener un color variable desde rojizo, morado, marrón oscuro hasta negro. El número de nevos melanocíticos que desarrolla una persona a lo largo de su vida es variable y se encuentra influenciada por factores genéticos y ambientales (especialmente el grado de exposición solar a que ha sido expuesta la piel). Son proliferaciones dinámicas que cambian a lo largo de la vida. En la edad adulta tienden a perder progresivamente su pigmentación e incluso pueden desaparecer en edades avanzadas.
Tipos de nevos melanocíticos
Existen dos tipos de nevos melanocíticos: unos que ya están presentes en el momento del nacimiento (nevos melanocíticos congénitos), que se detectan en un 1% de los recién nacidos, y otros (mucho más frecuentes) que aparecen durante la infancia o a lo largo de la vida (nevos melanocíticos adquiridos).
- a) Nevos melanocíticos congénitos
Pueden ser de tamaño muy variable y oscilan entre pocos milímetros hasta ocupar una gran parte de la superficie corporal. Se han dividido empíricamente en nevos melanocíticos congénitos de pequeño tamaño, de tamaño intermedio, y gigantes. Se ha descrito un riesgo aumentado a desarrollar un melanoma maligno especialmente en los nevos melanocíticos gigantes. - b) Nevos melanocíticos adquiridos
Lesiones de tamaño, coloración, número y localización variable, habitualmente de características clínicas típicas (simétricas, bien delimitadas, coloración regular, etc.), que pueden ser planas o palpables. A lo largo de los años adoptan un aspecto no pigmentado, sobreelevados y cupuliformes. Existen una serie de factores genéticos que condicionan el número de lesiones. Suelen ser más abundantes en las zonas expuestas al sol.
Nevos atípicos
Los nevos atípicos son lunares con características clínicas poco convencionales, como bordes irregulares y/o de gran tamaño con algunos hallazgos que hacen sospechar la presencia o el desarrollo de una lesión maligna (melanoma), pero que histológicamente corresponden a lesiones benignas. Considerando su apariencia preocupante, los nevos atípicos con frecuencia son extirpados y los individuos con múltiples nevos melanocíticos con características clínicas atípicas pueden presentar un mayor riesgo para desarrollar un melanoma, especialmente si existen antecedentes familiares de melanoma maligno.
Éste «ABCDE» puede ayudarte a determinar si un lunar o una mancha pueden ser un melanoma (lesión maligna):
- La letra «A» representa la asimetría. Una mitad es diferente de la otra.
- La letra «B» representa el borde. Busca lunares que tengan bordes irregulares, cortes u ondas.
- La letra «C» representa el color. Busca crecimientos que hayan cambiado de color, que tengan muchos colores o que presenten un color irregular.
- La letra «D» representa el diámetro. Busca nuevos crecimientos en lunares que tengan más de 1/4 de pulgada (alrededor de 6 mm).
- La letra «E» representa la evolución. Presta atención a los lunares que cambian de tamaño, forma, color o altura, en especial, si parte de un lunar o su totalidad se vuelve negro.
Es de suma importancia recordar que, en caso de encontrar un lunar con alguna de estas características, quién realizará el diagnostico de los mismos será un médico dermatólogo especialista.[:]