11 may Rosácea
La rosácea es una enfermedad crónica que afecta la piel y a veces los ojos. El trastorno se caracteriza por enrojecimiento, espinillas y, en etapas avanzadas, engrosamiento de la piel.
La rosácea afecta con mayor frecuencia a adultos de mediana edad y adultos mayores. Es más común en las mujeres que en los hombres. Aunque la rosácea puede desarrollarse en personas de cualquier color de piel, tiende a ocurrir con mayor frecuencia y es más evidente en personas con piel clara.
Hay varios síntomas y condiciones asociadas con la rosácea:
– Enrojecimiento frecuente de la cara. La mayoría del enrojecimiento se encuentra en el centro de la cara (la frente, la nariz, las mejillas y la barbilla). También se puede tener ardor y una leve hinchazón.
– Líneas rojas delgadas debajo de la piel. Estas líneas aparecen cuando los vasos sanguíneos que están bajo la piel se agrandan. Esta área de la piel puede estar algo hinchada, tibia y enrojecida.
– Enrojecimiento constante que aparece junto con granos en la piel. A veces, estos granos pueden tener pus (pústulas). Los granos duros en la piel pueden volverse dolorosos más tarde.
– Ojos y párpados inflamados.
– Nariz hinchada. Algunas personas (mayormente los hombres) tienen la nariz roja, más grande.
– Piel engrosada. La piel de la frente, la barbilla, las mejillas y otras áreas se puede poner más dura debido a la rosácea. La ruborización frecuente del centro de la cara, que puede incluir la frente, la nariz, las mejillas y la barbilla, se produce en la fase más temprana de la rosácea. El rubor a menudo se acompaña de una sensación de quemadura, particularmente cuando se aplican cremas o cosméticos a la cara. A veces la ruborización está acompañada de una ligera hinchazón del rostro.
En la fase más avanzada de la rosácea, la piel se convierte en un tono profundo de rojo y la inflamación del ojo es más evidente. A menudo están presentes numerosas telangiectasias y los nódulos en la piel pueden llegar a ser doloroso.
Los médicos no saben la causa exacta de la rosácea, pero creen que algunas personas pueden heredar una tendencia a desarrollar el trastorno. Las personas que se ruborizan con frecuencia pueden tener más probabilidades de desarrollar rosácea. Algunos investigadores creen que la rosácea es un trastorno en el que los vasos sanguíneos se dilatan con demasiada facilidad, dando como resultado enrojecimiento y ruborización.
Aunque no hay cura para la rosácea, puede ser tratada y controlada. Un dermatólogo siempre debe ser consultado con respecto al tratamiento de la rosácea. Los objetivos del tratamiento son controlar la condición y mejorar la apariencia de la piel del paciente. Puede tomar varias semanas o meses de tratamiento antes de que una persona note una mejora de la piel. Los tratamientos para la rosácea incluyen medicamentos que se aplican directamente a la piel afectada. Algunos médicos prescribirán un antibiótico tópico. Para las personas con casos más graves, los médicos pueden prescribir un antibiótico oral. Los pacientes mismos desempeñan un papel importante en el manejo de la rosácea.
Mantenga un registro escrito de cuando las ruborización ocurra. Esto puede proporcionar pistas sobre lo que irrita la piel.
Use protector solar. La mayoría de las personas deben usar un protector solar todos los días que proteja contra los rayos UVA y UVB y tenga un factor de protección solar de 15 o más, pero el protector solar es particularmente importante para las personas cuya piel es irritada por la exposición al sol.
Fuente: https://www.niams.nih.gov/